Tras una lesión cerebral, una de las secuelas más importantes es la alteración en el control motor que se define como la capacidad de regular o dirigir los mecanismos esenciales del movimiento. Esto implica una cooperación entre la programación del movimiento y la retroalimentación sensitiva (Shumway Cook) y es fruto de la interacción entre el individuo, la actividad y el ambiente.
La alteración en el control motor puede ocasionar alteraciónes en el tono muscular, postura y la marcha, entre otros, elementos que se ven alterados en muchos de los afectados por Daño Cerebral Adquirido (DCA), conforman el mayor bloque de actuación fisioterapéutica.