Pueden aparecer tras un daño cerebral y son las siguientes:
- Desorientación y confusión.
- Atención y velocidad de procesamiento: alteraciones en la capacidad para atender a la información relevante y evitar las distracciones, mantener la concentración en una tarea durante periodos prolongados de tiempo, así como una adecuada velocidad de respuesta, etc.
- Memoria: dificultades en la adquisición de nuevos aprendizajes (amnesia anterógrada), la recuperación de información antigua (amnesia retrógrada),la memoria prospectiva u orientada al futuro, fabulaciones o intrusiones en el recuerdo, etc.
- Percepción: alteraciones en el reconocimiento de objetos, en las distintas modalidades sensoriales (visual, auditiva, etc.), conocidas como agnosias.
- Praxias: alteraciones en la ejecución de movimientos voluntarios previamente aprendidos, problemas en la secuenciación motora, etc.
- Funciones ejecutivas: alteraciones en los procesos necesarios para la conducta inteligente y dirigida a metas (capacidad de anticipar y planificar, resolver problemas, inhibir las respuestas automáticas, autorregular el comportamiento, etc.).
- Conciencia de las limitaciones: alteraciones en la percepción de las propias dificultades y de sus repercusiones en la vida diaria. Ajuste de las expectativas de futuro tras el daño cerebral.